quinta-feira, 30 de outubro de 2008

Los planes políticos de Barack Obama



¿Qué políticas llevaría adelante un presidente Barack Obama? William Drozdiak, presidente del American Council on Germany, esboza una respuesta
A pocos días de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, en los sondeos de opinión Barack Obama amplía su ventaja sobre John McCain. La atención se dirige ahora por lo tanto hacia la cuestión de qué tipo de política puede llevar a cabo Obama si llega a ocupar la Casa Blanca. Ya ahora, esta transición presidencial se perfila como una de las más difíciles en la historia estadounidense.
El próximo presidente heredará dos guerras, la de Irak y la de Afganistán. Además se verá confrontado con inminentes peligros nucleares provenientes de Irán y Corea del Norte, una Rusia nuevamente agresiva y la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. Aún cuando Obama tiene muchos expertos en su equipo, el sólo hecho de que el próximo presidente va a disponer de sólo diez semanas para conformar su gabinete y preparar su agenda política antes de asumir el poder ilustra las dificultades con las que se verá confrontado.
Método, transición y reformas
Obama ha acometido esa enorme tarea metódicamente. Ha designado a dos experimentados asesores para que encabecen los equipos de transición que darán forma al nuevo gobierno. John Podesta, ex jefe de equipo en la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton, está encargado de la política interior, incluidas prioridades políticas tales como el cambio climático y la seguridad energética, la crisis financiera y la creación de empleo, así como la revisión de los programas impositivos y educativos.
En vista de los dramáticos peligros de una depresión mundial y de la evidente necesidad de reformar el sistema financiero global, en la última fase de su campaña Obama ha puesto énfasis en las reformas económicas, intentando dejar bien claras las diferencias con los republicanos. Asistentes de Obama dicen que el candidato intercambia ideas varias veces al día con asesores claves, tales como el ex presidente del Federal Reserve Paul Volcker y el ex Secretario del Tesoro Robert Rubin, a efectos de ajustar sus posiciones ante las sacudidas en los volátiles mercados mundiales.
Una agenda complicada por la crisis
La crisis económica global ha complicado lo que en cierta forma era ya una agenda política difícil. James Steinberg, ex vice asesor de seguridad nacional en la Administración Clinton, encabeza el equipo de transición designado para esbozar la política exterior y de seguridad. Obama ha declarado su intención de definir un cronograma para la retirada de las tropas estadounidenses en 16 meses a partir de la asunción del cargo y reorientar fuerzas hacia el conflicto en Afganistán, donde los talibanes y sus aliados de Al Qaeda se fortalecen.
Además, Obama quiere llamar a sus aliados europeos a asumir más responsabilidades en el diseño de políticas para combatir el terrorismo, poniendo mayor énfasis en la reconstrucción económica en lugar de la fuerza bruta militar. En otras palabras: realizar un mayo esfuerzo para ganar los corazones y las mentes en lugar de matar a eventuales enemigos.
Obama también ha manifestado el deseo de marcar el liderazgo norteamericano en tres áreas desatendidas por la Administración Bush: el cambio climático, el desarme nuclear y el rechazo a la tortura. En tanto esas nuevas políticas van a recibir sin duda el aplauso de las capitales europeas, el llamado a Europa a hacer más para ayudar a EE. UU. en estos tiempos de borrascas económicas no será recibido seguramente con gran entusiasmo.

Una Administración Obama no tendrá otra opción que acometer varios enormes desafíos a la vez. Tendrá que proporcionar mayores estímulos para impulsar el consumo y seguramente lanzará un masivo programa de infraestructura para reparar rutas y puentes deteriorados, lo que también tendrá como efecto crear más empleo. El próximo Congreso, que al parecer va a estar dominado por los demócratas, impondrá seguramente nuevas regulaciones a los derivados y otras "armas de destrucción financiera", a las que se atribuye haber causado la actual crisis crediticia.
Luego de que los republicanos quitaran controles y regulaciones, los demócratas quieren ahora promulgar leyes para recortar las potestades de bancos e instituciones de inversión.
Obama analizará también cómo pueden ser modernizadas instituciones tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, adaptándolas a un mundo hoy muy diferente al de la era inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. El G-8, el grupo de las mayores ocho potencias industriales, será seguramente ampliado al doble número de países, para incluir a Brasil, China, India y otras economías emergentes. Al igual que las Naciones Unidas, todas esas instituciones han perdido estima pública porque sus estructuras ya no se corresponden con la realidades de nuestro tiempo, lo cual le resta legitimación a los ojos del mundo.
Pasar la página de la presidencia de Bush
En cuanto a política exterior, el más importante viaje de Obama al extranjero puede llevarlo probablemente a comienzos de abril de 2009 a Kehl, Alemania, donde se reunirán jefes de gobierno y Estado con ocasión del 60 aniversario de la OTAN. En la conferencia, Obama demostrará probablemente que los Estados Unidos han pasado la página de la presidencia de Bush, declarando finalizada la era del unilateralismo y volviendo a la cooperación con el resto del mundo, incluyendo conversaciones directas con sus enemigos y manifestando un mayor compromiso con la diplomacia y el derecho internacional.
Sondeos de opinión demuestran que ese tipo de cambios goza de gran apoyo entre la población estadounidense, cada vez más desencantada con las fallidas aventuras militares de los intrigantes neoconservadores que dominaron en el equipo de política exterior de Bush.
En pocas palabras, América y el mundo pueden despertar la mañana del 5 de noviembre con la certeza de que en el gobierno de Estados Unidos se producirán dramáticos cambios.
Si Obama puede cumplir los deseos de los millones de votantes estadounidenses que quieren un cambio, entrará en los libros de historia como el presidente que retiró a los Estados Unidos del borde del precipicio hacia el declive como potencia mundial y le devolvió su papel original como incondicional defensor de los valores democráticos y los derechos humanos.
Willian Drozdiak es Presidente del American Council on Germany
El American Council on Germany (ACG) es una organización no gubernamental fundada en 1952 para fomentar las relaciones entre Alemania y Estados Unidos.
Deutsche Welle