quinta-feira, 16 de outubro de 2008

Obama-McCain: ¿gana la frescura a la experiencia?

“Obama gana el debate“, titula la televisora alemana ZDF su dossier acerca de las elecciones en Estados Unidos y se pregunta si con esta última victoria estará seguro que gane las elecciones. “Pobre y viejo guerrero”, titula el comentario que al respecto publica el Financial Times de Alemania (FTD), refiriéndose a McCain. Y, por su parte, Spiegel online puntualiza “McCain desperdicia su última oportunidad”.
Que Barack Obama se dirige con pasos seguros hacia la Casa Blanca parece una impresión compartida por los medios europeos. Si bien este último debate estuvo enfocado básicamente hacia la política interna –ofreciendo menos espacio para el análisis europeo-, la manera en que ambos trataron la crisis financiera es foco de la atención. Menos por las recetas que sobre todo Barack Obama supo recitar, más por el tono que adquirió este clásico show político.


Enemigo de la mediano empresa vs continuista
El republicano McCain echó en cara al demócrata Obama su intención de gravar con impuestos sobre todo a las medianas empresas; el contraataque tematizó la continuidad de la política económica de George W. Bush en caso de que el viejo veterano de guerra llegase a ocupar el sillón del Capitolio.
La buena noticia de este debate ha sido la determinación mostrada por los candidatos de tomar un curso nuevo, tanto McCain para los republicanos como Obama, que supo imponerse como el candidato de la nueva generación de los demócratas, opina el editorialista del parisino Le Monde. A renglón seguido, sin embargo, subraya la mala noticia: el color de la piel podría ser, entonces, el único argumento en contra del candidato demócrata. Por su parte, el FTD relativizaba los buenos resultados del candidato demócrata en las encuestas, basándose sobre todo en la no baja probabilidad de que la gente no reconozca públicamente que no votaría por él, sólo por su color.
“La crisis hipotecaria ha salvado a Barack Obama”, asevera Norbert Wagner, analista de la Fundación Konrad Adenauer. Esto, en su opinión, no se debe a la brillantez de los análisis y menos aún a las propuestas de solución. Se lo debe a su carisma, pues los estadounidenses confían en su capacidad para manejar la situación. Esto fue lo que se comprobó en el debate: la coolness, la frescura del joven senador hizo aparecer al veterano McCain aún más ajado.
Sus ataques cada vez duros al demócrata han sido, más bien, un bumerang.
Deutsche Welle