Tras Mijail Saakashvili, también el presidente ruso, Dimitri Medvedev, firmó el acuerdo de cese del fuego. No obstante, la tensión se mantiene en alto en Georgia y en toda la región.
Pese a la buena noticia de la firma del cese del fuego por parte de ambos bandos, la situación imperante en Georgia sigue siendo motivo de preocupación. La tregua parece frágil y las tropas rusas seguían presentes este sábado en territorio georgiano, pese a que uno de los puntos del acuerdo contempla su retirada a las posiciones previas al estallido del conflicto.
Entre las diversas noticias inquietantes llegó también una que podría provocar fuertes dolores de cabeza adicionales al Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania. Según datos no del todo confirmados que entrega la prensa germana, dos ciudadano alemanes habrían secuestrados por milicias sudosetias en Georgia. No es mucho lo que se sabe aún al respecto, pero en Berlín se está investigando la denuncia. Quizá el asunto se encarame a la agenda de la canciller Angela Merkel en la visita que efectuará este domingo a Georgia. Pero, de todos modos, los temas delicados no escasean, en vista de que la atmósfera sigue siendo extremadamente explosiva en la región.
Rusia, por lo visto, está dispuesta a retirarse, pero no sin antes haber devastado lo que considera un potencial peligro, como depósitos de municiones o instalaciones militares georgianas, muchas de las cuales habían sido erigidas con ayuda estadounidense en los pasados seis años.
Rusia, por lo visto, está dispuesta a retirarse, pero no sin antes haber devastado lo que considera un potencial peligro, como depósitos de municiones o instalaciones militares georgianas, muchas de las cuales habían sido erigidas con ayuda estadounidense en los pasados seis años.
Paralelamente se va perfilando una nueva pugna política, esta vez con Ucrania como protagonista. Entre los arsenales confiscados en Georgia, los militares rusos encontraron piezas de artillería pesada de fabricación ucraniana. Según versiones rusas, tales armas habrían sido vendidas a bajo precio a los georgianos.
Deutsche Welle