Carlos Chirinos
BBC Mundo, Caracas
Una rutinaria reunión de consulta en Manaos podría servir para repasar temas más complejos de la coyuntura global y hemisférica, y para que Brasil y Venezuela pongan en práctica toda su influencia diplomática.
Este martes se reúnen en Manaos, ciudad de la Amazonia brasileña, los presidentes Hugo Chávez de Venezuela; Evo Morales de Bolivia y Rafael Correa de Ecuador, con el anfitrión brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
En principio se trata de una reunión de consulta para evaluar el desarrollo de varios planes regionales de integración.
El más importante de ellos es el Eje Multimodal que unirá la Amazonia brasileña con la ciudad portuaria ecuatoriana de Manta mediante un sistema de vías terrestres y fluviales que facilite el comercio.
Pero más allá del papel, la agenda del encuentro promete ser más amplia y polémica.
Y también podría ser un nuevo escenario en el pulso entre los dos estilos diplomáticos que influyen en la región: el moderado brasileño y el más radical venezolano.
Se da por descontado que los presidentes hablen de la crisis financiera global, profundizada la víspera por el rechazo en el Congreso estadounidense al paquete de rescate de US$ 700.000 millones presentado por el presidente George W. Bush.
También está de fondo el deterioro de las relaciones de Venezuela y Bolivia con Estados Unidos y la expulsión de sus embajadores de La Paz y Caracas, así como la persistencia de la inestabilidad política boliviana, pese al triunfo de Morales en el referéndum revocatorio.
De Venezuela preocupa a algunos en la región la profundización de los vínculos militares con Rusia, y el anuncio de un plan de cooperación para desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos.
Además hay un punto de roce bilateral con Ecuador por la reciente decisión del presidente Correa de expropiar los bienes del gigante de la construcción brasileña Oderbrecht.
Moderador continental
Círculos diplomáticos consultados por BBC Mundo consideraron que la compleja coyuntura forzará a Brasilia a usar la cumbre para tratar de moderar lo que algunos laman la "hiperactividad internacional" de los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador.
"Brasil se ha autocalificado como una bisagra entre Estados Unidos y estos países (...) una especie de apagafuegos", le aseguró a BBC Mundo el internacionalista Carlos Romero, quien considera que el interés brasileño es evitar un mayor deterioro en las relaciones hemisféricas.
Según Romero aunque la crisis financiera global podría tardar en impactar a la región, exigiría una respuesta coordinada, pero las diferencias de enfoque ideológico complican cualquier eventual respuesta conjunta sudamericana.
"Hay un exceso de confianza en la posibilidad de esos países de imponer una agenda radical en América Latina (...) que está hiriendo las posibilidades de unidad en la región" afirmó Romero.
Romero considera que la diplomacia de Brasilia está trabajando en un espacio que debería estar ocupando Organización de Estados Americanos, OEA, a la que considera que ha manejado muy bajo perfil en este tiempo.
Queda por verse el poder real que puede ejercer el presidente Lula sobre los colegas a quienes ha invitado a Manaos.
Cada uno de los líderes políticos tiene razones para sentirse confiado en la bondad de sus respectivos enfoques políticos y económicos, domésticos e internacionales.
Y aunque el mandatario ecuatoriano no tiene la virulencia antiestadounidense de Chávez o Morales, su retórica se ha ido radicalizando en los últimos meses.
El boliviano Evo Morales también logró despejar las dudas sobre la legitimidad de su mandato, gracias a su triunfo en el referéndum revocatorio del mes pasado.
Sin embargo, el panorama doméstico tuvo que negociar con los departamentos opositores para garantizar la gobernabilidad del país.
El presidente Chávez llega a la cumbre con elecciones regionales en puertas y como suele hacer cuando se aproximan elecciones, ha radicalizado su retórica anti-estadounidense, como demuestra la expulsión del embajador Patrick Duddy.
De hecho, el mandatario venezolano plantea estos comicios locales como parte de la lucha de su llamada revolución bolivariana contra el imperio y sus factores.
El colapso económico estadounidense -que ve como la manifestación de la "fase terminal" del capitalismo- ratifica a Chávez en la validez de las tesis económicas de lo que llama el "socialismo del siglo XXI".
Al final, en círculos diplomáticos se estima que Manaos será una oportunidad para ver un pulso entre los dos estilos diplomáticos entre los que se define la región: el radical venezolano y el moderado brasileño.
Esos dos polos consideran muchos analistas que se debaten las definiciones políticas de una buena parte del resto del continente.
BBC Mundo