En entrevista con DEUTSCHE WELLE, Peter Rösler, vicegerente de la Asociación Empresarial para América Latina (LAV), con sede en Hamburgo, se mostró optimista con respecto a las perspectivas latinoamericanas en medio de los embates de la crisis mundial.
DW: América Latina registró en los últimos años un crecimiento económico de un cinco por ciento.
Pero ahora Estados Unidos y Europa, los más importantes mercados destino de las exportaciones latinoamericanas, se hallan en recesión.
¿Qué significa ello para esos países dependientes de las exportaciones?
Peter Roesler: Los diversos países tienen diferentes grados de dependencia de las exportaciones. En el caso del Brasil, las exportaciones son sólo una pequeña parte del producto interno bruto. En el caso de Venezuela, es naturalmente bastante más: el petróleo representa más de un tercio del total de exportaciones venezolanas. Es decir, que la crisis tendrá efectos diferentes para cada uno de los países. Pero, en términos generales, puede decirse que aparte del sector exportador existe un mercado interno sólido, que se benefició en los últimos años de los ingresos derivados de las exportaciones y la consecuente expansión de la industria, la agricultura etc..
No obstante, esos procesos económicos se hallan íntimamente ligados entre sí. Con los Estados Unidos en recesión también se reducirán las remesas a casa de los latinoamericanos que trabajan en Norteamérica. ¿Qué significa ello para las economías de los países receptores?
Ello significa que los consumidores tendrán menos dinero a disposición y que, por ejemplo, se podrá construir menos. Ese fenómeno se constata sobre todo en América Central y el Caribe, donde los encargos de construcción ya disminuyen. No obstante, acaba de llegar la noticia de que en Colombia las remesas vuelven a aumentar y también en Brasil se registra un récord de transferencias de brasileños que viven en el exterior. Por ello creo que no se pueden sacar conclusiones definitivas para toda la región.
Deutsche Welle