quinta-feira, 18 de dezembro de 2008

Sarkozy: “No me arrepiento de nada”


El presidente francés, Nicolás Sarkozy asumió el timón al frente de la UE y se convirtió en un bombero que corrió de una crisis a otra. “No me arrepiento de nada”, dijo Sarkozy y cosechó más elogios que críticas.
Al hacer un balance sobre su gestión ante el Parlamento Europeo, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, defendió el paquete de medidas adoptado por la Unión Europea (UE) para detener el cambio climático. “Las concesiones al este de Europa fueron necesarias para evitar una explosión social en los países del antiguo bloque soviético”, dijo el presidente galo quien reiteró que la intención es impulsar el desarrollo verde pero sin provocar un disparo de los precios de energía.

Francia cerró su presidencia con una Cumbre de la UE en Bruselas el pasado viernes que acordó un paquete de medidas para reducir las emisiones efecto invernadero en un 20% hasta el 2020. “Este paquete debía dar una fuerte señal de cara a las negociaciones internacionales el próximo año y por ello era necesario ganar el apoyo de todos los países miembros de la UE”, explicó.
La hiperactividad de Sarkozy le ha hecho bien a la UE.
Gobierno económico” en el Eurogrupo

El siguiente desafío para la presidencia francesa fue la crisis financiera. Los miembros de la UE se lanzaron uno a uno en una competencia por el mejor paquete de rescate y reducción fiscal. Cuando los bancos europeos se encontraban al borde del colapso Sarkozy demostró tener instinto político al proponer un “gobierno económico” dentro del Eurogrupo, integrado no por los ministros de Finanzas de los países miembros como hasta ahora, sino por los jefes de Estado y de Gobierno.

Los 27 países miembros acordaron un paquete de reactivación económica consistente en 200 mil millones de euros, se comprometieron pese a la crisis financiera a proteger el clima y otorgaron a Irlanda, por presión de Sarkozy, un comisario permanente dentro de la UE de ratificar Dublin el Tratado de Lisboa.

Al final de la cumbre el pragmático Sarkozy puso el dedo en la llaga: “Europa necesita menos formalidad y esnobismo en los procesos, se discute mucho sobre nimiedades y no me gusta quedarme negociando hasta las cuatro de la madrugada por tres cacahuates”, dijo.
También mostró haber disfrutado su gestión con una frase que recordó a muchos a la legendaria Edith Piaf: “No me arrepiento de nada”.
Deutsche Welle