El representante de Moscú ante la Organización de las Naciones Unidas, Vitali Churkin, advirtió que su país apoyará un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad acordado por el Grupo de los Seis (los cinco miembros permanentes más Alemania).
En declaraciones en Nueva York, el diplomático resaltó que Teherán no había suspedido esas actividades de su proyecto atómico de agua pesada, tal como le exigieron las dos resoluciones anteriores de diciembre de 2006 y marzo de 2007.
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Pero al mismo tiempo destacó que el borrador "sólo prevé sanciones económicas relacionadas con el ámbito de la no proliferación" al tiempo que hace una "valoración positiva de la cooperación de Irán con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)".
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Pero al mismo tiempo destacó que el borrador "sólo prevé sanciones económicas relacionadas con el ámbito de la no proliferación" al tiempo que hace una "valoración positiva de la cooperación de Irán con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)".
En el informe presentado la semana pasada, el director general del OIEA, Mohamed El Baradei, dijo que a pesar de esta colaboración, persisten las dudas sobre la posibilidad de que el plutonio producido por los reactores de agua pesada pueda ser utilizado en la fabricación de armas.
Mientras Estados Unidos y las potencias europeas insisten en que Teherán debe aclarar todas las sospechas en torno a su programa atómico, hasta el momento Moscú se había mostrado reticente a imponer más sanciones.
Por un lado, Rusia tiene intereses en la construcción de una planta nuclear iraní en Bushehr donde, recientemente, envió combustible atómico por valor de US$1.000 millones.
Por otra parte, la estatal rusa Gazprom también tiene obras en en ejecución en Irán donde colabora en el desarrollo de proyectos de explotación de yacimientos gasíferos.
Hasta el momento, Teherán sigue desafiando los pedidos para detener sus actividades de enriquecimiento de uranio, las que -sostiene- están dirigidas a la generación de electricidad.
La cancillería iraní advirtió que si el Consejo de Seguridad impone nuevas sanciones, tomará "una medida adecuada" aunque no precisó de qué tipo.
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Por un lado, Rusia tiene intereses en la construcción de una planta nuclear iraní en Bushehr donde, recientemente, envió combustible atómico por valor de US$1.000 millones.
Por otra parte, la estatal rusa Gazprom también tiene obras en en ejecución en Irán donde colabora en el desarrollo de proyectos de explotación de yacimientos gasíferos.
Hasta el momento, Teherán sigue desafiando los pedidos para detener sus actividades de enriquecimiento de uranio, las que -sostiene- están dirigidas a la generación de electricidad.
La cancillería iraní advirtió que si el Consejo de Seguridad impone nuevas sanciones, tomará "una medida adecuada" aunque no precisó de qué tipo.
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BBC
